Ya ha pasado tiempo desde que escribí, alguien más se llevaba mis letras a otro sitio, hoy después de mucho siento la necesidad de regresarlas, de compartir abiertamente las palabras que un día deje.
Hoy dentro de la fragilidad interna que el ser humano posee, me atrevo a decir que una vez más el amor me gano, una vez más el amor me hirió, y sentir la rabia que eso trae es única, después de haber atravesado tanto verte nuevamente frágil, propensa y ahogada, pensar que se había sanado lo suficiente para que no volviera a suceder el quiebre mental y corporal que eso acarrea.
Hoy una vez más confieso estar rota, y sentir ira conmigo misma por la ingenuidad de mi ser, por elegir La Paz y tener la mente tranquila y permitir bajar las defensas lo suficiente para que me bombardearan de esa manera.
Confieso sentir ira constante y amor infinito, confieso ser una idiota con muchos sueño pero a su vez una víbora que busca dañar, porque estar herido no es solo llorar, es manifestar un cúmulo de emociones y ni saber que hacer con ellas. Así criticamos a los niños por no saber qué hacer con sus emociones, les pedimos que no se enojen y que no lloren pero cuando nosotros como adultos los sentimos somos incapaces de repetirnos lo mismo.
Una lección más que me da la vida, algo bueno he de sacar, y sobre todo sé que cuando logre levantarme las fuerzas estarán a tal punto que jamás podrán volverme a tumbar.